Los estudios geoeléctricos se basan en la medición de la las variaciones resistividad (o su inversión, la continuidad) del subsuelo, al paso de la corriente eléctrica
Existen 2 métodos principales:
- El primero: Inyectando corriente artificial (emitida por una batería u otro generador) a través de electrodos clavados en el suelo.
- El segundo método: Consiste en “escuchar” o medir las corrientes naturales generadas en el subsuelo a través de los mismos electrodos.
Dentro de los métodos de inyección de corriente artificial al subsuelo, tenemos los siguientes tipos de estudios geoeléctricos: - Sondeo eléctrico vertical (1D) - Tomografía eléctrica resistiva 2D - Tomografía eléctrica resistiva 3D A la vez que el estudio geoeléctrico que mide las corrientes naturales del suelo es el denominado “Potencial espontáneo”.
La longitud del cable “inteligente” y la cantidad de electrodos en el mismo definen la cantidad de metros de penetración en profundidad. Por ejemplo un cable de 100 metros (en modo tomografía) con electrodos cada 3 metros penetrará aproximadamente 15 metros de profundidad, mientras que en sondeo eléctrico vertical la profundidad será mucho mayor.
Los electrodos pueden ser de diferentes metales como acero inoxidable, cobre o aluminio, y se insertan en diferentes formaciones de “línea”, “array” o grillas de acuerdo al estudio que se va a realizar. Estos tienen una separación uniforme y están unidos por un “cable inteligente” que a su vez se conecta a la unidad de control del sistema.
La unidad de control del sistema geoeléctrico es la encargada de hacer emitir corriente al suelo a uno o varios electrodos (de acuerdo al tipo de formación de estos ) y que los otros midan la resistencia entre los que emiten y reciben. Toda esta información se guarda para ser procesada posteriormente en gabinete.